¡ADVERTENCIA!: Cualquiera de los hechos relatados aquí si coinciden con la realidad son pura y mera casualidad.Alertados estáis....
Práctica 2
La primera práctica me fue bastante bien, quitando alguna minucia sin importancia como ese peatón que atropellé y poco más. Así que decidido y dispuesto, me dispuse a decidir que debía dar otra clase.
Cuando la monitora me vio le dio como un respingo o algo parecido. No se por qué la verdad pero cuando saludo a alguien que conozco, éste se lleva un susto de la muerte al verme o simplemente sale corriendo. A lo que iba, antes de entrar en el vehículo de autopropulsión, dejé mi fusil de asalto M4A1 en el asiento de atrás (con el seguro puesto) para que no me estorbara en las maniobras pertinentes. No se puede ir sin armas por la calle en pleno siglo XXI, ¡es de locos!.
No os voy a aburrir con el tema de lo que hay que hacer antes de arrancar: reglaje de los espejos retrovisores, colocar el asiento y el respaldo de tal manera que llegue bien tanto al volante como a los pedales, mirar en que marcha está la caja de cambios, mirar si viene alguien por la carretera al incorporarme, etc etc. Por eso seré breve, Arranqué y me incorporé a la circulación.
Mi profesora sorprendida por mi notable mejora con respecto a mi primera clase me dijo que incluso me podía plantear la posiblidad de hacer en breve el examen de conducir, lo cual me enorgulleció y me alegró notablemnte.
Para celebrar que ya estaba preparado para presentarme al examen decidí cumplir uno de mis sueños: hacer una carrera urbana a lo Need for speed Underground.
Dicen que eso es ilegal, pero yo como persona culta que soy, he visto muchas películas de carreras urbanas y en ninguna se les pillas a los corredores, así que no tenia de que preocuparme.
Tenía el coche, me faltaba un rival al que vencer. Que casualidad cuando llegue a un semáforo en rojo, el coche que tenía al lado había un antiguo amigo corredor de carreras ilegales. ¡Este era mi día de suerte!.
A la monitora la llamaron por teléfono, momento el cual aproveché para proponer a mi amigo la idea. El encantado de la vida asintió con rotundidad. Cuando el semáforo cambiase a verde comenzaba la carrera. Ganaría aquel que sobreviviera.
¡Rojo... Verde! Corrí todo lo más que pude pero su coche era mas potente, la monitora del susto no pudo reaccionar para frenarme. Eso y que además la estaba apuntando con mi M4A1 que había cogido previamente. Como veía que mi rival se escapaba poco a poco, decidí actuar. Saqué mi fusil y con la habilidad y puntería que me caracteriza con sólo 2 balas le pinché las cuatro ruedas provocando un accidente mortal y por consiguiente ¡mi primera victoria en una carrera urbana!.
¡Qué alegría! Luego aparqué marca atrás en batería e hice todos los requisitos antes de bajarme del coche. La monitora se quedó allí paralizada sin moverse, supongo que de la emoción del momento.
FIN DE LA SEGUNDA PRÁCTICA. Evaluación: Primera carrera urbana. Primera Victoria
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