12 febrero 2010

Diario de una braga. Dia 13

Día 13,

Ha pasado un dia entero, la noche ha sido muy fria y he visto insectos alados tanto en mis peores sueños como en la realidad. Ya está amaneciendo y los primeros rayos de sol calientan lentamente mi ahora fría tela.

Ya son casi las 10:00 de la mañana y una chica se acerca... no es la mujer del Maestro, probablemente sea su hija pues tiene un aire a él, con esos ojos entrecerrados, será cosa de los genes...

Me libera de mis grilletes y me suelta de la cuerda que durante un día entero me ha tenido suspendida en el vacío. Ahora colgando de su mano y sin dirigirme en absoluto la palabra me lleva consigo. ¿Que pasará?Aún no se lo que me depara este día y ya empiezo a temer por mi maltratado cuerpo.(Me extraña que no me hayan salido moratones)

Entramos en una habitación con un espejo y una cama, es todo lo que puedo ver pues con su mano tapa la mayoria de mi cara. Parece evidente que es su habitación.

Me lanza contra la cama y se desviste para, acto seguido, entrar a un pequeño cuarto de baño, ¿Que irá a hacer?...
Pasan 30 minutos y sale con una fina tela cubriendo su cuerpo a modo de tunica o albornoz, que con gracilidad se desliza como si una segunda piel de seda se resbalara por su cuerpo. Ahora me puedo fijar en un cuerpo bello que con el esfuerzo del ejercicio diario roza la perfección.

Lentamente se acerca a mi y me coge con una delicadeza sin igual, como si todo se tratara de un ritual. Poco a poco se viste conmigo ¿Que  tiene pensado hacer? Soy la alumna del Maestro que es su padre... ¡ya entiendo!, el además de padre también es su maestro y le habrá pedido que me enseñe algo insitu.

Ahora se ha colocado una especie de batín de seda únicamente y se dirige hacia el dojo. A esta hora está vacío, sin otros alumnos excepto nosotras dos. Ahora empieza mi entrenamiento en las artes marciales...

Comienza saludando respetuosamente mirando hacia una foto de algún antepasado suyo, que, probablemente fué el fundador de la escuela que hoy se extendió por todo el mundo, con los diferentes hermanos como maestros de cada uno de los dojos .

Comienza a hacer unos movimientos acompasados  muy lentamente como una dulce melodía pero... como golpe de platillo ¡explota en una sucesión de movimientos! que en manos de personas equivocadas podrían ser mortal. Acrobacias inimaginables precedieron a un fuerte golpe que, acompañado por un fuerte grito, estrello contra un bloque de madera. 

Pero su mano, no recibio daño alguno... como si solo la fuerza del impacto se hubiera transmitido al bloque sin que el puño, físicamente, lo golpeara.

Yo por mi parte me quede altamente sorprendida al comprobar que no sólo ella habia hecho aquello, sino que, a fuerza de estar puesta en ella, cada uno de sus movimientos yo también los hice, sin saber, sin creerme que podría hacerlo...y sólo un recuerdo me sujetaba a todos esos movimientos, pero... como olvidarlos si tan fuertes me habían sido mostrados.

Se grabó en mi memoria, pero ahí no terminó el entrenamiento y estaría muy equivocada si en algún momento se me habría pasado por la cabeza pues ese huracán de movimientos, pasos, patadas, puñetazos y acrobacias de todo tipo continuaron por dos horas... dos horas sin un respiro, sin descanso.

Ahora el plan del Maestro se mostró con claridad al practicar de forma involuntaria, a traves de su hija. el legado de una tradición familiar, que ahora se me había confiado...

No te decepcionaré Maestro.

¿Las bragas tienen venas?

Braga-blanca