23 octubre 2009

E.R.D.L - El hombre que baila solo-

Hoy os hablaré de un personaje anónimo... un héroe local que marcó un antes y un después en la historia de mi vida.

Como cada noche en la que una fiesta se organiza o hay algún local abierto, el hombre que baila solo se prepara. Camisa blanca, vaqueros ajustados, bien peinado y el ritmo en su corazón.

La pasada noche salí a una fiesta universitaria en un local de mi ciudad. Cuando entres con mis amigos lo que mas nos llamo la atención no fue ni la decoración ni las lucecitas láser que hacían la vez de francotiradores que te apuntan a todo el cuerpo, no... fue un hombre que, sin compañía de cualquier tipo, pues el local estaba totalmente vacío a esa hora, estaba bailando como si fuera el rey de la pista...en efecto lo era pues ni mis amigos ni yo estábamos dispuestos a bailar con el.

En ese momento nos pareció cualquier cosa excepto un héroe...pero, pobre de nosotros por no habernos dado cuenta.

Después de horas y horas en las que permanecimos en el local, tomando copas y bailando alguna que otra canción, el continuaba con su baile endemoniado. Y digo endemoniado no porque fuera muy agresivo o magnifico... si no por que además de aguantar hasta ese entonces, mas de tres horas, siempre seguía el mismo patrón aunque la música cambiara totalmente de estilo, eso... era magia, hechicería producto del diablo.

En ese momento nos dimos cuenta de lo especial que era, pero yo empecé a plantearme cuestiones como si en otra ciudad también tienen hombres que bailan solos de esta clase, o si en algún momento morían.

Estas cuestiones se me revelaron al poco tiempo pues apareció en escena: El viejo que baila solo.

Solo de esa manera toda la historia podría encajar. Ese viejo fue el anterior hombre que baila solo al cual como tigre anciano aun le queda una ultima pelea... y en la misma discoteca donde se encontraba el espécimen joven llego el para, de alguna manera dejar claro que el fue aquel un tiempo atrás, otro héroe anónimo, otro ser especial que cada ciudad tiene por las noches para rellenar el hueco sin baile, para llenar nuestros corazones, para dar ritmo a todas nuestras vidas desde el anonimato.

Por estas razones otras mas que mas adelante comentare, quiero darle las gracias a: El hombre que baila solo.

Con ritmo os saluda de nuevo,

Carlos