Nota del Autor: Para leer esto que se supone que es un relato debes haber leído la
primera y
segunda cita en este respectivo orden. En realidad puedes hacer lo que te da la gana pero luego no te quejes que no te enteras de nada.
La resaca, es una patología muy común cuando sueles beber más de la cuenta. Hasta aquí todo bien. ¿Ir al médico por una simple resaca? Suena como si de una cosa de viejos se tratase, pero quizás era mi subconsciente el que estaba jugando con mis pensamientos y emociones.
No estaba muy lejos, así que cogí el coche. Tardé media hora en encontrar sitio, pero tuve la suerte de que la ambulancia saliera de su aparcamiento. Fui a recepción, saqué cita y pregunté quién era el último. Esperando pacientemente entre personas mayores la pude ver otra vez. Supongo que fue el subconsciente el que me trajo aquí para poder conseguir lo que éste, mejor dicho yo, deseaba. Se metió, posiblemente, lo que era su consulta, y en ese momento me llamaron para entrar.
La doctora se extrañó que viniera por una simple resaca pero de todas formas me recetó unas cajas de aspirinas. Sin darle las gracias ni despedirme salí dando un portazo. Yo quería gelocatil, pero que se le va a hacer.