27 marzo 2010
Diario de una braga. Día 14
INCREÍBLEMENTE ESCRITO POR LoKko on 3/27/2010 07:36:00 p. m. | 6 comments
Dia 14,
Después de pasar una eternidad de tiempo bajo la ferrea enseñanza del Maestro, ya es hora de volar del nido donde con tanto cariño se me acojió, un cariño no falto de golpes, pruebas, ahogamientos y en resumen un duro entrenamiento. Ahora podía sentirme preparada para, de una vez por todas, acabar con esa maldita polilla.
Todo lo que ha ocurrido ha sido por ella, por una lucha que ella empezó y que tengo la obligación de terminar. Pero gracias a todo eso he recorrido un camino que nadie se podía imaginar que podría conseguir.
Me dirijo hacia la sala principal, el Dojo, para poder ver todo una ultima vez antes de enfrentarme a mi destino.
En el suelo, casi por el centro de la habitación, encuentro una cinta roja con un Ying Yang como emblema principal. Esta muy bien colocada y por el tamaño se diría que puede ser para mi. El Maestro no está y creo que no hay nadie en la casa pues no se escucha ningún ruido.
Todos los recuerdos vienen a mi mente ahora... la primera paliza, mi viaje espiritual entre vomitos en la cesta de prendas muertas... ese hedor, ese sofocante calor, mi estiramiento muscular suspendida a metros de altura a la intenperie y al acecho de mil criaturas peligrosisimas... y ahora me encuentro en mi mejor forma física, en el apogeo de mi poderio y fuerza. Ya solo me queda demostrar que lo que aquí he aprendido, lo que modificará mi vida hacia un rumbo nuevo.
Recojo la cinta, dando por sentado que es para mi. Cuando me acerco a la puerta, el maestro aparece en el dojo y se sienta en el suelo, en frente del pequeño altar de su familia. Comienza a rezar y como ofrenda coloca unas barritas de incienso en el altar. Yo viendo esta escena no puedo evitar que una lagrima recorra mi rostro ante la inevitable marcha del dojo.
Veo que que la puerta esta entreabierta y sin mirar atras me encamino hacia mi destino, para ello tengo que cruzal esta puerta que es el principio de mi vida y el final de mi tortura en este mundo. Todo cambiará a partir de aquí.
De improviso la mujer y la hija del Maestro aparecen en el dojo y se sientan junto a este, mantienen una postura ceremonial y visten con ropas ancestrales...
Justo cuando estoy cruzando la puerta el Maestro dijo algo:
- Recuerda todo lo que se te ha enseñado... ¡¡Descubre tu destino!!
...
¿Las bragas pueden llorar?
Braga-blanca
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